Nancy van Overveldt, nacida como Nancy Wilhelmina Scheffer (La Haya, 2 de febrero de 1930 - Lelystad, 7 de junio de 2015) fue una pintora neerlandesa-mexicana. Van Overveldt trabajó con Mathías Goeritz, Pedro Friedeberg y Angela Gurría, entre otros modernistas solitarios de la Generación de la Ruptura.
Nancy Wilhelmina Scheffer nació en La Haya el 2 de febrero de 1930 como hija de Henri Eduard Scheffer, jurista, y Jacoba Maria van Overveldt. Desde joven se notó su talento artístico. En 1947 ganó un premio en un concurso nacional de dibujo y en 1948 fue aceptada en la Academia Real de Artes Plásticas de La Haya. En 1950 se trasladó a París para estudiar en la academia de André Lhote.[1]
En el tren entre La Haya y París, Van Overveldt conoció a su futuro esposo, Reinhardt Ruge, un Mexicano de descendencia alemana. Se casaron, se mudaron a México y tuvieron una hija, Tiahoga Ruge. Van Overveldt obtuvo la nacionalidad Mexicana. Tras separarse de Ruge, Marcelo Javelly, esposo de Angela Gurría, le presentó a Valentín Saldaña con quien se casó y tuvo una hija, Alejandra Saldaña.
En México Nancy escogió el apellido de su madre e inició su carrera artística como Nancy van Overveldt. Expuso en varias ocasiones en la Galería Antonio Souza, lugar de encuentro para artistas de la Generación de la Ruptura.[2][3] Allí conoció a Mathías Goeritz con quien trabajó como asistente durante diez años.[4] Van Overveldt fue miembro del Salón de la Plástica Mexicana.
El 7 de enero de 1966 se inauguró la exposición individual de Van Overveldt en el salón internacional del Museo del Palacio de Bellas Artes.
En 1974 Van Overveldt enviudó y en 1976 regresó a los Países Bajos. Se instaló en Wassenaar primero y en Lelystad después para continuar su carrera artística. Fue miembro del Kunstkring Wassenaar y de la Asociación de Artistas de Flevoland.
A lo largo de 72 años de carrera artística, Van Overveldt realizó más de 4,000 dibujos y pinturas.[5]
Al principio de su estancia en México, utilizó un estilo expresionista para mostrar la pasión en los paisajes y personajes, utilizando colores brillantes. En el transcurso del tiempo disminuye lo figurativo para dar espacio a un arte más abstracto de composiciones rítmicas.[6] El retorno a los Países Bajos influye en su paleta de colores y vuelve su arte más profundo y estructurado.
Van Overveldt fue un retratista reconocida.[7]
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