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La Inmaculada Concepción es una talla de 1719 obra de José Montes de Oca. Está ubicada en la Iglesia de la Conversión de San Pablo, en Cádiz (Andalucía, España).

Inmaculada Concepción
Autor	José Montes de Oca
Creación	1719
Ubicación	Iglesia de la Conversión de San Pablo, Cádiz (Andalucía, España)
Estilo	barroco
Material	madera policromada
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Historia

La Venerable Orden Tercera de los Descalzos de Cádiz contrató con el escultor José Montes de Oca el 11 de enero de 1719 la ejecución de una imagen de la Inmaculada Concepción destinada a presidir el retablo mayor de su capilla,[1] sita en el Convento de los Descalzos (actual Plaza Peral),[2] donde permaneció hasta la demolición del inmueble con motivo de la Revolución de 1868. El derribo se produjo entre el 5 de octubre y el 14 de noviembre de dicho año,[2] pasando la imagen a la Iglesia de la Conversión de San Pablo,[1] donde se venera actualmente.[3]

Descripción

La talla, de bulto redondo y realizada en madera policromada de cedro y ciprés, muestra a la Virgen con rostro juvenil aunque dotado de cierta madurez, destacando una boca cerrada de labios finos, un mentón muy marcado y unos ojos entreabiertos con la vista dirigida al suelo. La melena presenta raya al medio y cae sobre los hombros, contrastando la policromía oscura del cabello con la blancura del rostro. Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, presentando las extremidades un pronunciado desplazamiento lateral.

La Virgen, estilísticamente relacionada con la producción de Pedro Duque Cornejo, viste túnica y manto, ambos estofados y dorados al gusto barroco. Los ropajes presentan una destacada asimetría así como pliegues en forma de arista, todo ello dotado de gran movimiento gracias al amplio vuelo de las telas y a la torsión del cuerpo hacia la izquierda, acentuada a su vez por el contrapposto originado gracias a la flexión de la pierna derecha. La imagen se apoya en un escabel compuesto por un nimbo cubierto por cabezas aladas de querubines y con las puntas de una media luna en los extremos. Para rematar el conjunto, la Virgen porta una corona real rematada en cruz y circundada por una aureola, todo ello de orfebrería.

Referencias

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